"Sostengo que la Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. La verdad puede ser descubierta por cualquiera de nosotros, sin la ayuda de autoridad alguna; al igual que la vida, está siempre presente en un sólo instante"

Jiddu Krishnamurti

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Monday, July 3, 2017

La paz es el camino


La violencia es esencialmente reacción y no hace otra cosa que generar aún más violencia. Pretender combatirla mediante métodos represivos como la fuerza bruta, el terror o la criminalidad equivale a querer apagar el fuego con fuego, o pretender corregir un error con otro error. Es sencillamente contraproducente si lo que se busca es la paz. Martin Luther King lo dijo muy bien con su frase “El odio no puede expulsar el odio; sólo el amor puede hacerlo. El odio multiplica el odio, la violencia multiplica la violencia, y la brutalidad multiplica la brutalidad en una espiral descendiente de destrucción.”
Esto no quiere decir que hay que poner la otra mejilla, sino que hay que asumir una consciencia y actitud diferente, radical posiblemente, empero pacífica. Como seres humanos tendemos a ser instintivos y reaccionarios, es decir a responder de manera irreflexiva a impulsos externos con escasa evaluación de la situación. Aunque los reflejos son necesarios para sobrevivir en un mundo competitivo, peligroso y voraz como el nuestro, responder o actuar impulsivamente con escaso análisis no solamente conduce a cometer errores, sino a caer, en una forma de condicionamiento, en el juego del adversario.
Existe una ley ineluctable universal conocida desde tiempos muy antiguos como la ley de causa y efecto, es decir toda acción produce una reacción correspondiente. Aunque hace parte de lo intangible, un pensamiento, por más simple o banal que pueda ser, también produce una reacción correspondiente eventualmente perceptible en el campo físico. Por ejemplo, rememorar algún episodio desagradable de nuestras vidas produce una reacción involuntaria acorde en el rostro; y pensar en algo agradable a su vez produce una sonrisa. Es decir, aunque hay reacciones de difícil control o que no podemos evadir como las fisiológicas y las instintivas; la mente sin embargo nos da la facultad de poder ejercer un cierto grado de control mediante el libre albedrio. Elevando el nivel de conciencia es el camino hacia una mayor comprensión de la realidad: conocer causas y efectos hasta lograr el autocontrol. Todo se revierte en esta vida: negativismo produce resultados negativos, y positivismo produce positivismo.
Hombre sabio que fue Gandhi conocía muy bien esta ley universal, así como esa generalizada e instintiva propensión del hombre hacia la reacción involuntaria, impensada y sin conciencia. El imperio británico aplicaba la violencia sabiendo y en espera de reacciones impulsivas por parte de la población local, en aras de tener la excusa para aplicar la represión y de esa manera continuar el dominio. El éxito de la lucha anti imperialista de Gandhi fue el haber empleado una estrategia radical e inesperada por parte de los británicos: la no cooperación y la resistencia pacífica, precisamente obviando caer en su juego de provocar violencia y cortando así de raíz esa cadena de consecuencias negativas y espiral de destrucción que tan bien definió Martin Luther King.

“No hay camino para la paz, la paz es el camino.”
         Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.

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