Según asevera Davies, las razones
de esta evasiva van desde lo personal hasta sistémicas: “están equivocados, son
ingenuos, tercos, cerrados de mente y temerosos. [Ovnis] es una palabra sucia y
un tema prohibido. La ciencia se trata de la investigación libre y abierta. No
debería burlarse de la gente. Se debería mostrar mayor deferencia y respeto
hacia ellos…Los científicos deben regresar a utilizar el método científico para
estudiar cosas que son desconocidas e insólitas, y el tema ovnis es una de
ellas.” La evidencia sobre los ovnis no es escasa como muchos prefieren alegar,
sino suficientemente abundante. El problema es abordarla, “Hay científicos que
están al tanto de pruebas y datos de observación que no se pueden refutar. Hay
evidencia absolutamente corroborada mediante técnicas y métodos forenses.” La
razón por la cual no salen públicamente a darla a conocer, continúa explicando
Davies, es por el temor a la reacción de sus colegas y posible impacto negativo
en sus carreras. Afirma este físico que conoce personalmente a un número de
científicos con interés en el tema, pero que generalmente son reacios a hablar
de ello públicamente debido a las razones apenas mencionadas.
En cuanto a la naturaleza
esporádica y escurridiza en sí de la evidencia y a la reluctancia de muchos en
afrontarla, una buena explicación la dio el Nobel García Márquez cuando en una
entrevista sobre ovnis resumió lo siguiente: “estamos a merced de una ciencia
reaccionaria cuyo dogmatismo ramplón no admite las evidencias mientras no las
tenga dentro de un frasco”. El profesor y astrónomo Allen Hynek, principal
consultor científico durante 20 años de varios estudios conducidos por parte de
la Fuerza Aérea estadounidense sobre el tema, dejó en claro que el estudio
debía ser ulteriormente profundizado afirmando que tras haber investigado miles
de casos, “muchos eran profundamente desconcertantes”.
Por ser un fenómeno que escapa de
su control y dominio, la arrogancia del hombre -y de la ciencia- lo induce a
concluir que las visitas de ovnis y extraterrestres son una improbabilidad, o
inexistentes, y que por tanto el tema no merece estudio. Pero es una conclusión
prematura. Quizás la solución del problema esté en cambiar perspectiva y
concientizar la probabilidad lógica de que una civilización avanzada no puede
estar sujeta al escrutinio por parte de una inferior como la nuestra, sino el
contrario: son los extraterrestres quienes se encuentran examinando a la
humanidad. ¿No es esto acaso lo que la evidencia del fenómeno ovnis en nuestros
cielos pudiera precisamente estar indicando?
“Los ovnis son totalmente reales y no sabemos lo que son, porque nos hemos
dedicado a la burla. La posibilidad de que se trate de dispositivos
extraterrestres, de vigilancia por parte de una tecnología avanzada, es una
posibilidad que me tomo muy en serio.”
James E.
McDonald (1920-1971) Físico estadounidense, en declaraciones ante el Congreso
de los EEUU, 1968
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