"Sostengo que la Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. La verdad puede ser descubierta por cualquiera de nosotros, sin la ayuda de autoridad alguna; al igual que la vida, está siempre presente en un sólo instante"

Jiddu Krishnamurti

Secciones

Wednesday, August 4, 2010

Los 4 tipos de apariencias

Epicteto, filósofo griego del primer siglo de la era moderna, describía los cuatro tipos de apariencias que existen en el mundo: a) Existen las cosas que son lo que aparentan ser, b) Existen las cosas que aparentan ser pero no lo son, c) Están las cosas que no aparentan pero sí lo son, y d) Hay cosas que ni aparentan ni son.

Debido a la naturaleza humana dependemos de nuestra mente como ente receptor, la cual actúa de intérprete, para percibir y juzgar lo que ocurre a nuestro alrededor. Existe por tanto una cierta distancia, una separación entre lo que ocurre a nuestro alrededor, en el mundo exterior, y la percepción de ello interpretado por nuestra mente. En otras palabras, tal y como siempre lo han sostenido sabios y filósofos a través de las eras, las cosas no necesariamente son tal como aparecen en nuestra mente; por más convincentes y verdaderas que aparenten ser, por más congruentes, sensatas que parezcan, ni por más que resuenen con el sentido común. Las apariencias engañan, como lo diría la sabiduría popular.

Lo anterior es especialmente válido en lo que respecta al campo de las informaciones. Diariamente tomamos decisiones formando, construyendo nuestras vidas basados en toda una serie de informaciones provenientes de fuentes distintas, distantes y a menudo desconocidas. Coreamos y predicamos, muchas veces dogmáticamente y quizás inocentemente, asumiendo como verdades absolutas e indiscutibles y como propios, pronunciamientos ajenos que más bien son interpretaciones particulares, perspectivas deseadas y agendas promovidas.

Bien es cierto que el egoísmo impulsa a jalar el agua para el propio molino y cada quien interpreta a su manera o conveniencia; pero entonces, entre tanta información contrastada ¿cómo discernimos entre la verdad y la mentira, cómo podemos saber que lo que resuena con nuestro sentido común, sentimientos, y aparenta cierto, verdadero, realmente sea tal?

Los grandes filósofos a lo largo de la historia han enfatizado la necesidad de dudar y cuestionar siempre sobre las cosas, no solamente sobre las apariencias y lo sospechoso; sino sobre todas las cosas en general , sobre nuestras convicciones, valores arraigados y todo aquello comúnmente aceptado como válido por las sociedades. Solo así, con un pensamiento verdaderamente crítico e independiente, se puede llegar a discernir la verdad, a individuar las falsedades, los condicionamientos. No es tarea fácil.

Muchas veces, aquello que más nos resulta inverosímil, difícil de aceptar por aparentemente aberrante, absurdo, imposible, ridículo, por menos pensado o por simple desagrado, sea quizás la verdadera realidad; mientras que aquello comúnmente aceptado como válido y verdadero, arraigado, y que difícilmente pondríamos en duda, sea precisamente lo que amerite un apropiado cuestionamiento. No solamente se requiere una mente abierta, disposición y un cierto grado de sabiduría para llegar a discernir y reconocer las ilusiones, los falsos supuestos, los preconceptos y muchas de las falsedades que erróneamente hemos asumido como verdades durante nuestras vidas, sino también sinceridad y coraje.

“Dudando llegamos a la verdad”

Marco Tulio Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.

No comments: