"Sostengo que la Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. La verdad puede ser descubierta por cualquiera de nosotros, sin la ayuda de autoridad alguna; al igual que la vida, está siempre presente en un sólo instante"

Jiddu Krishnamurti

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Tuesday, October 5, 2010

Las convicciones también engañan

No solamente las apariencias engañan, sino también las convicciones. Esencialmente, las convicciones son ideas, conceptos, supuestos asumidos y creencias fuertemente arraigadas que con el hábito, la repetición y el pasar del tiempo en muchos casos hemos terminado convirtiéndolas en verdades; se han engranado en la psiquis y se han transformado en parte tan esencial de nuestro ser e identidad que difícilmente las reconocemos y pondríamos en duda. Es muy común y frecuente confundir y tomar por verdades lo que en realidad son sólo convicciones.
La realidad es más etérea, frágil, volátil de lo que ordinariamente tendemos a imaginar. Constantemente tomamos como hechos indiscutibles lo que son sólo suposiciones, opiniones e interpretaciones particulares; y tomamos por verdad incuestionable lo que más bien son sólo perspectivas. A menos que cuestionemos apropiadamente esos fragmentos y datos informativos que constantemente nos rodean, terminarán engranándose en nuestra consciencia, en el subconsciente, eventualmente convirtiéndose en convicciones. Pero la mayoría no dejan de ser esencialmente suposiciones, y muchas de ellas posiblemente falsas.
El ser humano necesita creer, es parte de su naturaleza. Nuestras inseguridades las cuales también son propias al ser humano, nos impulsan a menudo a buscar refugio en un punto de referencia, en algo que de alguna manera resuene con nuestro sentido común y nos dé un sentido de identidad, confort y seguridad. Ese punto de referencia, que puede ser una idea, noción, concepto, creencia o simple suposición, nos da un sentido de dirección, certidumbre, estabilidad, significado y propósito en la vida para continuar adelante. Todo Lo cual no tiene nada de malo de por sí. Es parte de nuestra naturaleza humana, y además necesario.
Lo pernicioso está en enraizarse en una idea, creencia, dogma particular y no aceptar en manera alguna perspectivas diferentes, posibilidades, conceptos y puntos de vista alternos, por imposibles o inverosímiles que puedan aparentar ser. El perjuicio no está tanto en correr el riesgo adoptando una alternativa posiblemente equivocada con sus respectivas repercusiones, sino en no considerar alternativa alguna. En el universo infinito las posibilidades son ilimitadas y la vida en sí es un continuo riesgo, una aventura, y además, irrepetible. Es precisamente por tal razón que existen la experiencia y el aprendizaje. Cuando obstinada y dogmáticamente nos aferramos y limitamos a un único pensamiento, bien sea en el campo religioso, político, económico o cual sea, y único sistema de creencias en particular; obturamos la mente, eliminamos posibilidades, alternativas, nos volvemos autómatas y cesamos de crecer. La mente trabaja mejor cuando está abierta, dispuesta al cambio, sin temer a lo nuevo ni a lo extraño. Las convicciones, por el contrario, confinan y limitan.
La vida es viva, dinámica, no estática; como el universo, es un continuo proceso de cambios en constante evolución. Está llena de alternativas y posibilidades, en todo el sentido de la expresión. Lo único que impide considerarlas es la convicción de lo contrario.

“El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca.”
Immanuel Kant (1724-1804) Filósofo alemán.

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