“In medio stat virtus”, en latín, es una milenaria expresión conocida desde los tiempos de Aristóteles cuya traducción literal es: la virtud está en el medio. Su significado es que hay que evitar los excesos, los extremos y tratar de encontrar una vía, un punto intermedio. Ni muy caliente ni muy frío, ni muy oscuro ni muy claro, ni demasiado dulce pero tampoco muy amargo, etc. Los extremos tienden a ser dañinos, exagerados, engañosos. Pudiéramos decir algo similar en cuanto a la verdad.
Todo hecho, evento, incidente que acontece a nuestro alrededor, desde un divorcio conyugal hasta un conflicto bélico entre naciones, generalmente tendrá más de una versión sobre la realidad de lo ocurrido. Todo evento que involucre a más de un individuo necesariamente tendrá dos o más versiones, opiniones sobre las causas y circunstancias que condujeron al evento, sobre los hechos en torno al suceso y sobre el significado y las implicaciones del mismo. Cada quien interpreta desde su perspectiva, conveniencia y manera. La ausencia de una controversia no se debe a que no exista alguna divergencia de interpretaciones, sino generalmente a la ausencia de una expresión de desacuerdo por parte de cada quien sobre su particular versión sobre los eventos, circunstancias o causas. Por supuesto, puede existir una convergencia de interpretaciones similares. Todo está permitido en este mundo. Pero esencialmente, el ser humano, como individuo, necesariamente interpreta un mismo evento, hecho y cosa de manera particular, distinta. Es lo que nos hace individuos.
Por tanto, cuando oímos las noticias, leemos y nos informamos sobre los eventos que acontecen a nuestro alrededor, no nos sorprendamos cuando escuchemos versiones contrastadas y tan divergentes sobre un mismo hecho. Unos lo ven blanco, y otros lo ven negro. Por supuesto, muchas opiniones y versiones son promovidas, responden a intereses particulares. Pero lo sorprendente no es la existencia de tanta diversidad de opinión, versiones y puntos de vista. Lo realmente anómalo en una sociedad sería una ausencia total de tales divergencias. Lo pernicioso no es la existencia de diferencias y desacuerdos, sino cuando nos precipitamos hacia una u otra versión u opinión sobre un particular hecho sin antes considerar otros puntos de vista, alternativas, dejando de lado la tolerancia, la posibilidad de estar equivocados, y olvidando buscar un equilibrio. Cierto, todos tenemos preferencias e intereses; es también lo que nos hace individuos. Pero los extremos son dañinos: ofuscan la mente, entorpecen el juicio, conducen a la confrontación y la mayoría de las veces innecesariamente.
La campana, como la verdad, produce un solo y único sonido pero cada quien interpreta el tono ligeramente distinto de acuerdo a su perspectiva y punto de ubicación con respecto a ella. La verdad generalmente es preferible buscarla no en los extremos, sino, considerando sus varias tonalidades, en algún punto intermedio.
“Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad.”
Marco Aurelio (121-180 d.C.) Emperador romano, filósofo.
1 comment:
Soy pablo de buenos aires. Buscando en google sobre algo que siempre pienso (la verdad siempre esta en el medio, no de un lado ni del otro) termine en tu blog. Queria darte las gracias para contar de forma muy simple e interesante, lo que da vueltas en mi cabeza. No le cambiaria ni una coma al texto. Saludos.
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