"Sostengo que la Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. La verdad puede ser descubierta por cualquiera de nosotros, sin la ayuda de autoridad alguna; al igual que la vida, está siempre presente en un sólo instante"

Jiddu Krishnamurti

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Sunday, January 27, 2013

Persuasión coercitiva


    El control mental, también llamado control del pensamiento, lavado de cerebro, abuso mental, o más elegantemente: persuasión coercitiva, se refiere a un proceso mediante el cual un individuo u organización utiliza técnicas y métodos manipulativos para persuadir a los demás a conformársele a sus deseos y hacerlos dependientes de sus dictados. 
La persuasión coercitiva es una técnica de control mental más eficaz que cualquier forma de coacción física como la tortura y las drogas ya que toma lugar en la psiquis y de manera prácticamente imperceptible por parte de la víctima, eliminándole así cualquier forma de resistencia. No se trata de implantes electromagnéticos dentro del cerebro ni de alguna súper técnica telepática (aunque no se descartan ulteriores desarrollos en tales direcciones); sino más precisamente del control del pensamiento ejercido mediante el monopolio o concentración de los medios de comunicación por parte de intereses elitescos poderosos divulgando informaciones particularmente deseadas, incluyendo falsas, con el fin de manipular la opinión pública. Aunque son métodos y técnicas cuyo uso es generalmente atribuido a sectas, dictaduras o Estados totalitarios, sería una ingenuidad pensar que tales ambiciones por el poder y el control, y uso de técnicas y métodos manipulativos para tales fines, pertenezcan solamente a dichas entidades.
 La palabra propaganda generalmente viene asociada con regímenes dictatoriales y difícilmente la relacionamos con la democracia. Sin embargo, como bien expone el renombrado académico estadounidense Noam Chomsky en sus extensos trabajos, quienes principalmente han hecho uso de la propaganda no han sido, como comúnmente se piensa, los regímenes totalitarios, nazi, estalinista, ni fascistas; sino los democráticos. Cierto: cuando se tienen el garrote y el poder absoluto, la persuasión psicológica no se hace tan imprescindible. Sin embargo, sistemas democráticos y organizaciones liberales, incluyendo las religiosas, fundamentados en estructuras jerárquicas en donde una minoría prevalece sobre la mayoría, subsisten no necesariamente de la fuerza, sino precisamente de la persuasión y la manipulación como métodos para obtener sus fines e intereses, lograr consenso, y preservar el control y la jerarquía. Es decir, tal y como concluye Chomsky: la propaganda es para la democracia lo que la violencia es para la dictadura. O dicho de otra manera: la democracia no es más que la aquiescencia de la mayoría a los dictados de las élites.
Nicolás Maquiavelo sostenía que “si bien el príncipe debe persuadir al pueblo, convencerlo, también debe emplear la fuerza, porque cuando ya no le crean se le puede hacer creer por la fuerza..." Pero al mismo tiempo, también como parte de su doctrina política, Maquiavelo mantenía que la astucia y el engaño a menudo son más eficaces que el uso de la fuerza. Tales son las dinámicas del poder.

“Para manipular eficazmente a la gente, es necesario hacer creer a todos que nadie les manipula.”
John Kenneth Galbraith, Economista estadounidense.

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