El conocimiento no tiene fronteras , términos ni confines. Sus únicas limitaciones son las que el ser humano caprichosamente pretende establecer, y continuamente se impone a sí mismo.
Ningún individuo en la historia, por más sabio, culto y erudito que haya podido ser, ha logrado obtener todo el conocimiento existente, lo desconocido y todo aquello aun por conocer. Ni lo logrará jamás. Es una pretensión arrogante que tal cosa sea posible, que el conocimiento sea una cosa fija, inmutable, limitado y apto para ser conquistado o poseído en su totalidad por alguien o por alguna entidad, de la índole que sea. Es una presunción hecha solamente por el ignorante o el inadvertido.
Si algo nos han enseñado los grandes sabios, eruditos y filósofos a lo largo de la historia es precisamente que el conocimiento no tiene fronteras. Mientras más se le explora y mayor conocimiento se adquiere, más nos percatamos de su inalcanzable final, y de que esa pretendida meta y punto de llegada en realidad no existe. Una conclusión típica reflejada en famosas y reconocidas frases expresadas por sabios y filósofos es precisamente que a medida que exploraban y profundizaban sobre la vida, el mundo, el entorno y las cosas, más se daban cuenta de su propia ignorancia, de lo poco que sabían, y a la vez se acrecentaban las dudas. Cuanto más se engrandece el círculo del conocimiento más sus fronteras crecen, profundizan y se hacen exponencialmente inalcanzables. Y es que es precisamente allí, en ese reconocimiento y no en la soberbia, donde radica la verdadera sabiduría. Nadie tiene todas las respuestas, ni las puede tener, ni las tendrá nunca.
Así es el universo y así es la vida. La milenaria interrogante ¿qué significado y propósito tiene la vida? haya una elucidación sana cuando tomamos lo anterior en cuenta: el propósito de la vida es su continua exploración, su incesante y constante aprendizaje y perpetua búsqueda por respuestas. Es la experiencia lo que permite el crecimiento y el aprendizaje. Esta explicación es congruente con un universo infinito en donde no pueden existir limitaciones, techos ni fronteras de ningún tipo, de ninguna índole. Es por ello que la búsqueda por el conocimiento es interminable, ya que al igual que el universo, carece de dueño, centro y fronteras. Pensar lo contrario, o imaginar haber logrado todas las respuestas satisfactorias a los infinitos misterios que brinda la vida es sólo petulancia o ilusión. Tal supuesto en nuestra mente no hace otra cosa que confinar y limitar el espíritu de búsqueda, de indagación, y coarta el crecimiento personal y la realización humana.
Todos deseamos conocer, saber sobre el mundo y las cosas, ya que las respuestas nos dan un sentido de satisfacción, apaciguamiento intelectual o seguridad. Pero al mismo tiempo todos somos ignorantes sobre alguna u otra materia en algún u otro grado o nivel. Siempre lo seremos, ello no tiene nada de malo. La verdadera ignorancia, mal, y mayor limitación, barrera del conocimiento y del aprendizaje es cuando cesamos su exploración y pensamos, en nuestra arrogancia, poseer todas las respuestas.
"La sabiduría es saber qué tan poco sabemos."
Sócrates (469-399 a.C) Filósofo griego
No comments:
Post a Comment