"Sostengo que la Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. La verdad puede ser descubierta por cualquiera de nosotros, sin la ayuda de autoridad alguna; al igual que la vida, está siempre presente en un sólo instante"

Jiddu Krishnamurti

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Wednesday, July 31, 2019

Ovnis y la discordancia católica


    Es un dato inexorable que existe un mayor numero de casos de avistamientos de ovnis que de hombres que caminan sobre el agua. Según números de las Naciones Unidas, desde 1947 unas 150 millones de personas en el mundo han observado objetos de procedencia desconocida cruzando por los cielos del planeta. 
Es decir, el fenómeno ovni, aunque no constituya una cotidiana normalidad, es desproporcionadamente masivo con respecto a reportes de seres humanos que vuelan o caminan sobre el agua. Y, sin embargo, mientras muchos cristianos muestran escepticismo ante el tema ovnis-extraterrestres, al mismo tiempo son ingenuamente crédulos en cuanto a las afirmaciones sobre un hombre que hace dos mil años atrás lograba caminar sobre el agua. Hay que aclarar que el milagro de Jesús en el mar de Galilea fue presenciado solamente por sus discípulos, o sea un reducido grupo de individuos. Pero, paradójicamente, son muchas más las personas que creen en los prodigios narrados en los evangelios, que las que creen en el fenómeno ovni, el cual, a diferencia de las anécdotas evangélicas, goza de abundante evidencia, mucha de la cual corroborada y además proveniente de fuentes conocidas e indiscutiblemente fidedignas. 
Hay que tener en cuenta que ni el sacerdote, ni el Papa, ni sus padres ni familias, ni los 266 papas que han precedido al actual con la excepción del primero, San Pedro, ninguno ha presenciado en persona los milagros y portentosos eventos en torno a la vida de Cristo y en los cuales se basa la institución católica.
El mundo cristiano está compuesto por mas de mil millones de personas. La enorme discrepancia tan común en el creyente es precisamente esa: su proclividad en aceptar ciegamente aquello que jamás ha presenciado, inverosímil e inclusive de difícil comprensión; pero renegar algo tanto más mundano, viable y quizás menos portentoso, pero a la vez sumamente mas fascinante y concreto como lo es un universo en donde la vida sea una ubicuidad. 
Extrañamente pareciera ser que vivimos en un mundo al revés: en el cual pocos creen en lo que millones han visto, y millones creen en lo que pocos han visto. De dónde proviene esta enorme discordancia y porqué es tan fecuente y escasamente reconocida resulta fundamental para comprender nuestro mundo, el universo y la naturaleza de la realidad. 

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