El escritor y periodista británico George Orwell, quien en muchos de sus escritos evidencia su postura en contra del totalitarismo, el fascismo y el imperialismo británico, en su futurista novela “1984” hace referencia precisamente a ese deseo perverso del Estado totalitarista de controlar todos los aspectos de la sociedad y de la vida humana llegando al extremo, particularmente representado en el caso de esta novela, de modificar el lenguaje, la historia y la realidad para lograr sus ambiciones hegemónicas.
Junto con su sátira “Rebelión en la granja” estas dos novelas fueron sus mayores éxitos y ambas son el resultado de sus experiencias vividas tras su participación en la Guerra Civil Española y haber observado los totalitarismos nazi y estalinista. En “1984” Orwell crea el concepto del Gran Hermano, o súper Estado que todo lo vigila y controla y en donde se reducen a un mínimo las libertades individuales. En esta novela uno de los principales pilares mediante los cuales el Estado totalitarista mantiene el dominio sobre la sociedad es a través del monopolio y control de la información manipulando y llegando a definir la vida del individuo mediante un lenguaje político diseñado para que las mentiras parezcan verdades y modificando la historia para ajustarla a la línea oficial.
De particular interés es el fuerte enfoque que Orwell le da al lenguaje como mecanismo empleado por el Estado o Gran Hermano para controlar. Se lo rediseña y se crea el lenguaje ideológico: se distorsiona y corrompe deliberadamente el significado de expresiones que el Estado considera inconvenientes, e introducen términos nuevos que se ajustan, acomodan a definir la realidad que se desea crear e imponer en la población. De esa manera se controla y minimiza la difusión de conceptos no deseados, ya que no existiendo los términos adecuados en el lenguaje se coarta la trasmisión y entendimiento de los mismos, e inclusive se puede llegar a desaparecerlos por completo de la conciencia del colectivo. En otras palabras, la realidad percibida por un individuo sujeto a un tal Estado totalitarista es la realidad creada, manipulada y deseada por ese Estado.
La intención de este escrito es resaltar la importancia, escasamente reconocida, que tiene el lenguaje en nuestra consciencia y en moldear y definir nuestra noción y entendimiento de la realidad. Como bien lo sabía Orwell, y lo expuso en su novela, nuestro pensamiento es en buena medida influenciado y determinado por el lenguaje, tanto por el que empleamos a diario así como por los términos existentes que conforman el idioma. Es decir, un idioma, lenguaje con un vocabulario limitado y escaso lleva a un pensamiento igualmente empobrecido, retraído y limitado en conceptos, conocimiento e imaginación con respecto a uno en donde exista una mayor variedad, léxico, flexibilidad y riqueza de términos y significados; y, por supuesto, una población ignorante, desinformada y con escasa imaginación es más fácil de ser manipulada y dominada.
"El pensamiento corrompe el lenguaje y el lenguaje también puede corromper el pensamiento."
George Orwell
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