El General Smedley Butler de la
Infantería de Marina estadounidense fue, para su momento, el militar más
condecorado en la historia de esa nación. Habiendo llegado a recibir 16
medallas tras una destacada carrera militar de 34 años, también fue uno de los
pocos ciudadanos en haber obtenido dos medallas de Honor del Congreso, la más
alta condecoración de su país. También se le conoce por ser el autor de un corto
y polémico libro publicado en 1935 titulado “La Guerra es un Latrocinio”.
Su larga trayectoria en el
ámbito militar, experiencia, y contactos con altas esferas políticas le
permitieron llegar a conocer un aspecto de la realidad estadounidense la cual tuvo
el coraje de exponer en su obra. En su libro Butler básicamente acusa al
beneficio económico como el principal motivador de la guerra y denuncia el uso
de las fuerzas armadas de los Estados Unidos para la ganancia de Wall Street. Utilizando
varios ejemplos de la Primera Guerra Mundial expone cómo las operaciones
industriales fueron subsidiadas por fondos públicos para el beneficio de unos
pocos al costo del sufrimiento humano. Luego de su retiro militar se dedicó a
realizar una serie de discursos a lo largo del territorio en los cuales
denunciaba a los especuladores de la guerra, así como el aventurismo y el
intervencionismo militar, lo que le otorgó cierta popularidad.
En un pasaje del libro se lee
lo siguiente: “He servido durante 30 años y cuatro meses en las unidades más
combativas de las fuerzas armadas norteamericanas: en la Infantería de Marina.
Tengo el sentimiento de haber actuado durante todo ese tiempo de bandido
altamente calificado al servicio de los grandes negocios de Wall Street y sus
banqueros. En una palabra, he sido un pandillero al servicio del capitalismo.” Butler
había participado en una serie de ocupaciones e intervenciones conducidas por
EEUU en Centroamérica y el Caribe a las que se les conocen por el nombre de
Guerras Bananeras. El propósito era fundamentalmente el de proteger los
intereses comerciales norteamericanos en la región, particularmente los de la
United Fruit Company, pero también aquello servía de excusa para avanzar las ventajas
geopolíticas de esa nación, manteniendo así el control o una presencia sobre aquella
parte del hemisferio.
El General tuvo la agudeza de
reconocer y la franqueza de admitir públicamente el papel al cual se había
visto sometido producto de políticas imperiales, incluso llegando a comparar sus
actividades en la Infantería de Marina con las del mafioso Al Capone, “Él, como
gánster, operó en tres distritos de una ciudad. Yo, como marine, operé en tres
continentes.” Butler concluye que “existen únicamente dos razones por las que
deberíamos combatir. Una, para defender nuestros hogares, y la otra para
nuestros deechos constitucionales. Cualquier otra razón es sencillamente un
latrocinio”.
“La guerra es un latrocinio. Siempre lo ha
sido. Es posiblemente el más antiguo, sobradamente el más rentable, sin duda el
más cruel. Es el único de alcance internacional. Es el único en el que los
beneficios se cuentan en dólares y las pérdidas en vidas”
Smedley Butler
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