Son dos cosas distintas. En términos generales la globalización se
refiere a un proceso en el cual economías, sociedades y culturas alrededor del
mundo tienden progresivamente a integrarse mediante una red o interconexión
global de comunicaciones, transporte y comercio en una sola economía
internacional con libre flujo de capitales, inversiones, migración y
tecnologías. Como consecuencia y parte de este proceso, el intercambio entre
culturas, lenguajes, ideas, conocimiento y modales también se incrementa. En
síntesis, la globalización es un proceso de progresiva reducción de fronteras y
barreras hacia una integración del ser humano con mayor cooperación e
interdependencia en una sola gran aldea global.
El globalismo, menos
conocido tanto como término así como concepto, y también llamado mundialización
o según otros “nuevo orden mundial”, se refiere a la actitud o política de
anteponer los intereses del mundo entero por encima de los de las naciones
individuales. Esta visión propone y aboga por un mundo con una especie de
gobierno o autoridad única global central con instituciones y poderes políticos,
legislativos, jurídicos, militares y administrativos de orden mundial y
supranacional sobre la humanidad entera con la progresiva eliminación de
regionalismos, soberanías nacionales y del internacionalismo. Es decir, una
especie de gobierno del mundo. Muchos atribuyen este tipo de informaciones a
meras ideas conspirativas y especulaciones; sin embargo, existe una serie de
pronunciamientos en los últimos años, aunque poco conocidos, por parte de intelectuales,
analistas, economistas, grupos de expertos y figuras políticas prominentes en
el ámbito internacional, incluyendo una encíclica de Papa Benedicto XVI, en pro
de tales estructuras y visiones. Según algunos, la creación de la Liga de
Naciones y luego las Naciones Unidas constituye un primer paso hacia el eventual
establecimiento de un tal poder global. A diferencia de la globalización la
cual se refiere solamente a un proceso de integración en las relaciones; en el
globalismo, el mundo entero se integra en una sola gran nación bajo una única
autoridad global central.
No obstante la
globalización tenga, como todas las cosas, defensores y detractores así como sus
lados positivos y negativos, un proceso de unificación humana en sí no puede
considerarse como algo negativo. En otras palabras, de no ser por un proceso de
globalización o integración como tal, en Europa nunca hubiesen existido el
tomate, las papas ni el maíz, y en América no hubiesen llegado el caballo ni la
rueda, entre otros intercambios. Una cuestión más relevante de investigar es la
manera en que se lleva a cabo este proceso de integración, y más
significativamente: ¿hasta qué punto este proceso responde a dinámicas
naturales; y hasta qué punto será que existe un interés dirigido al establecimiento
de un tal gobierno o autoridad central global detrás de él? y de ser así, ¿por
parte de quienes, cómo se pretende implementar, qué agendas promueven y
promoverán una vez establecida dicha autoridad, y cuáles son sus verdaderos
fines e intenciones?
“Hay
una creciente conciencia de la necesidad de algún tipo de gobierno global”
Mijail Gorbachov, Político ruso
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